La pandemia mundial no solo afecta la salud, sino que toca todos los ámbitos de la vida. Si bien nos hemos visto en la necesidad de cambiar nuestros hábitos sanitarios y nuestras rutinas diarias se han visto afectadas, también, aunque aún no tenemos estadísticas, hemos podido apreciar un cambio en el medio ambiente que nos rodea. Es cierto que el aire está más limpio, las temperaturas han bajado 1 o 2 grados, las aguas se ven más cristalinas y apreciamos animales donde hace tiempo no veíamos.
Es por ello que no solo debemos aprovechar para tomar medidas de control sanitario y económicas, sino en materia ambiental también. Hasta el momento no hemos tenido conocimiento de ninguna medida dictada en este aspecto.
La situación actual que estamos viviendo como consecuencia del COVID-19 ha ocasionado una serie de problemas a nivel de procedimientos administrativos en derecho ambiental. Las oficinas administrativas y Ministerios se encuentran cerradas al público. Dados los acontecimientos y la imposibilidad de acceder a la información y a los entes administrativos, es importante recordar que la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos, establece en su artículo 2, el derecho de dirigir consultas a los órganos de la Administración Pública Nacional.
Así mismo, el artículo 51 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela indica que todo ciudadano tiene el derecho de representar o dirigir peticiones ante cualquier autoridad o funcionario público, sobre los asuntos que sean de su competencia. Pero además consagra el derecho, y por lo tanto el deber de estos organismos, de dar oportuna y adecuada respuesta.
Ahora bien, con respecto a las medidas de derecho ambiental, cabe preguntarnos, si sabremos aprovechar esta oportunidad para reducir eficazmente las emisiones a la atmósfera. Además de cambiar nuestros hábitos sanitarios, ¿seremos capaces de mantener el actual nivel de descargas a los cuerpos de agua? Las normas especiales en materia de desechos patológicos y sanitarios indican que dichos desechos deben ser cremados, ¿podremos controlar las emisiones que de allí deriven?
Estamos ansiosos de retomar el curso de nuestras vidas, actualmente colocadas “en espera”, aprendamos a no olvidar lo que se siente el aire fresco, como se ve el agua cristalina y compartir el hábitat con los habitantes naturales: los animales. Tomemos las medidas necesarias para cuidar el ambiente.
Angela C. Antakly